Comenzamos la semana con un nuevo post. Esta vez queremos
hablaros de celiaquía, una enfermedad bastante común asociada con varias
limitaciones en el estilo de vida de las personas afectadas. Seguro que todos conocéis
a alguien o habéis asistido a algún evento en el que ha habido que preparar un
menú aparte para algún celíaco. Explicaremos brevemente en qué consiste la enfermedad, por qué
ocurre y por qué toda precaución es poca a la hora de comer. Para terminar,
revisaremos por qué los alimentos sin gluten son tan
caros y qué solución han adoptado otros países de la Unión Europea al respecto.
Esperamos despertar vuestra
curiosidad y, sobre todo, aclarar todas las dudas que tengáis.
La enfermedad celíaca o celiaquía es una patología autoinmune que
se caracteriza por una reacción inflamatoria crónica y sistémica desencadenada
por la ingesta de gluten en
individuos con predisposición genética. Con
enfermedad autoinmune nos referimos a aquella en la nuestro sistema inmune ataca
nuestras propias células o estructuras por error, ya que las percibe como una
amenaza. Esta enfermedad representa la intolerancia
alimentaria, que no alergia, más común en la sociedad occidental, con una
prevalencia de alrededor del 1% de la población mundial. En el momento en el
que escribimos este post la población
mundial es de 7490 millones de personas ¡Imaginad la cantidad de gente que
supone el 1%!
Pero vayamos paso a paso: ¿Sabes qué es el gluten?
El gluten engloba un conjunto de proteínas vegetales muy abundantes presentes
en la harina de los cereales de secano. Proporciona la consistencia elástica y
esponjosa de panes y masas horneadas, razón por la que es ampliamente utilizado
como aditivo alimentario. Esta familia de proteínas incluye a las gliadinas del trigo, hordeínas de la cebada, secalinas del centeno o aveninas de la avena, entre otras, que
son las proteínas consideradas nocivas para las personas con predisposición a
padecer la enfermedad.
El consumo de
gluten desencadena una respuesta anormal
del sistema inmune de las personas afectadas, dañando primeramente el intestino
pero pudiendo atacar posteriormente cualquier órgano o tejido. De forma
general, los síntomas engloban desde diarrea, sensación de hinchazón abdominal
y vómitos hasta malabsorción de nutrientes, fatiga o malnutrición (raramente). Si
la exposición al gluten es continuada, se puede llegar a producir atrofia de la
mucosa intestinal a pesar de ser eliminado de la dieta (imagen). Pero no solo eso, sino
que esta patología incrementa el riesgo de padecer otras enfermedades como cáncer
(hasta el 60% en algunos casos) u otros trastornos autoinmunes.
¿Por qué ocurre todo esto?
Para explicar
el proceso de patogénesis usaremos el gluten del trigo como ejemplo, ya que es
el cereal más utilizado con diferencia y, por ello, responsable de la mayoría
de síntomas entre las personas celíacas. Durante el proceso de digestión de
gluten se produce gliadina, la
proteína considerada “tóxica” para los celiacos ¿Que por qué es tóxica? La
gliadina atraviesa el epitelio intestinal y es procesada por la enzima transglutaminasa, lo cual permite que
las células del sistema inmune la reconozcan como algo dañino y se la “coman”. Las
personas con predisposición genética a padecer enfermedad celíaca poseen en su
genoma los alelos de susceptibilidad HLA-DQ2
y HLA-DQ8. Estas moléculas se
unen a la gliadina dentro de las células para, finalmente, permitir la
activación de los linfocitos, los verdaderos efectores de esta respuesta
inmune. En términos inmunológicos, esto es lo que se conoce como presentación de antígeno a los linfocitos. Una vez activados, comienzan la reacción inflamatoria que irá incrementándose
cada vez más, produciendo todo el daño intestinal antes mencionado. Todo ello
sumado a la producción de diversos anticuerpos
cuyo objetivo es resolver toda esta situación anormal. La reacción
inmunológica se puede acabar expandiendo por todo el organismo debido al paso
de estos anticuerpos al torrente sanguíneo. Si la exposición al gluten cesa, la
reacción terminará por resolverse. Si no, el daño se irá volviendo crónico e
incluso irreversible. Para los más inquietos, aquí os dejamos un esquema bastante completo de cómo ocurre el proceso (click para ampliar).
webconsultas.org
Por supuesto,
en la mayoría de los casos no depende solo de la susceptibilidad genética de
los individuos, sino también de factores
externos y medioambientales. De
hecho, cada vez se están encontrando más evidencias de la influencia del
entorno en la aparición y desarrollo de la enfermedad celíaca.
¿Cómo podemos saber si somos celíacos?
Se calcula que
aproximadamente el 80% de las personas afectadas permanece sin diagnosticar. Habitualmente
los afectados acuden al médico por molestias digestivas recurrentes pero en
ningún caso se piensa que la celiaquía pueda ser la causante. En nuestro país hay
aproximadamente unas 470000 personas diagnosticadas con celiaquía.
Siguiendo estas cifras, imaginad los casos reales (no diagnosticados).
El diagnóstico
de preferencia consiste, primero, en un análisis de sangre para determinar si
existe malabsorción intestinal. En
caso de sospecha, se analizan los niveles de anticuerpos anti-transglutaminasa y anti-endomisio,
siendo este último una capa de tejido conectivo rica en transglutaminasa
presente en el músculo intestinal. Estos anticuerpos dan un valor predictivo
para enfermedad celiaca del 97%. Otra estrategia consiste en analizar los marcadores genéticos HLA-DQ2 y HLA-DQ8. Si el resultado es positivo, el
diagnóstico debe confirmarse con el análisis de una biopsia intestinal obtenida mediante endoscopia. Su estudio
mostrará el característico aplanamiento de las vellosidades intestinales del
que hemos hablado anteriormente.
¿Qué podemos hacer en caso de que nos diagnostiquen enfermedad celíaca?
El único
tratamiento para la celiaquía es una estricta
y permanente dieta sin gluten. Esta es la única manera de que poco a poco
la mucosa intestinal vuelva a la normalidad. Su valor biológico es muy bajo,
por lo que suprimirlo de la dieta no supondrá ninguna carencia nutricional. Aun
así, cumplir con esta condición no es tan fácil como parece, ya que lo podemos
encontrar como aditivo alimentario en productos que ni nos imaginaríamos. Pero
¡Que no cunda el pánico! La mayoría de los alimentos naturales o sin procesar
que consumimos no contiene gluten, por lo que la dieta puede ser amplia y variada,
ayudándonos en caso de que sea necesario de las versiones sin gluten de los
alimentos. Echad un vistazo a esta infografía sobre los alimentos que no contienen ("Yum") y que sí que contienen ("Run") gluten (click para ampliar).
Es importante
tener mucho cuidado con la contaminación
cruzada, dado que, una vez implantada esta dieta, la ingesta accidental de
la más mínima cantidad de gluten puede desencadenar una reacción exagerada de
nuevo. Por ejemplo, es muy habitual preparar alimentos sin gluten empleando
utensilios y superficies que han estado en contacto con alimentos que lo
contienen.
Ahora lo que todos nos estamos preguntando: ¿Por qué son tan caros las
versiones sin gluten de los productos?
Una de las
prioridades para las personas celíacas, sobre todo niños pequeños, es que
puedan llevar una vida normal, sin sentirse diferentes. En la actualidad existen
muchas versiones sin gluten de productos tradicionales pero es cierto que su
precio es bastante alto en comparación. Esto tiene, en parte, una explicación:
entre los argumentos que exhiben las empresas encontramos la necesidad de
habilitar instalaciones independientes
para fabricar y procesar estos productos, de incrementar los controles de seguridad, una superior
inversión en tecnología para que los productos sean nutricionalmente
equilibrados, apetecibles y limpios de trazas y contaminaciones cruzadas, y,
finalmente, un encarecimiento de las
harinas que no provienen del trigo.
rudisbakery.com
Pero, al igual que hay una explicación para el encarecimiento de
los productos sin gluten, también debería haber una solución. Nadie tiene la
culpa de ser celíaco, no se puede elegir. Entonces, ¿Por qué estas personas
tienen que pagar más? Pues veréis, la realidad es que esto no ocurre en todos
lados: algunos países de la Unión Europea como los Países Bajos, Reino Unido
(hasta ahora), Italia, Suecia o Finlandia cuentan con subvenciones para la adquisición de productos sin gluten por las personas
afectadas. Esto es un modelo que debería implantarse de forma general,
cosa que en nuestro país no
ocurre ¿De quién es la culpa
entonces? Si nadie se responsabiliza, seguirá pagando el enfermo, que bastantes
impedimentos tiene ya de por sí.
¡Esperamos que os haya gustado!
Escribidnos con cualquier duda o comentario.
Escribidnos con cualquier duda o comentario.
REFERENCIAS
- WHO.int/es/
- worldometers.info
- Celiac disease: from gluten to autoimmunity. Briani C, Samaroo D, Alaedini A. Autoimmun Rev 2008, 7:644-50.
- The present and the future in the diagnosis and management of celiac disease. Castillo NE, Theethira TG, Leffler DA. Gaestroenterol Rep 2015, 3:3-11.
- Dysbiosis a ris factor for celiac disease. Girbovan A, Samasca G, Lupan I. Med Microbiol Immunol 2016, 206(2):83-91.
- Immunogenic pathogenesis of celiac disease and non-celiac gluten sensitivity. Escudero-Hernández C, Peña S, Bernardo D. Curr Gastroenterol Rep 2016, 18(7):36.
- Celiac disease, wheat allergy and non-celiac gluten sensitivity: What’s the difference? Mitsinikos FT, Pietzak M. Adolesc Med State Art Rev 2016, 27(1).19-33.
- Current and novel therapeutic strategies in celiac disease. Kurada S, Yadav A, Leffler DA. Expert Rev Clin Pharmacol 2016, 9(9):1211-23.
- Celiac Disease. Schumann M, Lebenheim L. Dtsch Med Wochenschr 2016, 141(20):1474-1477.
- Physiopathology and management of gluten-induced celiac disease. Kumar J, Kumar M, Pandey R, Chauan NS. J Food Sci 2017, 82(2):270-227.
- Celiac disease: Role of the epitelial barrier. Schumann M, Siegmund B, Schulzke JD, Fromm M. Cell Mol Gaestroenterol Hepatol 2017, 3(2):150-162.
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