Hoy os traemos la reseña de un post que
escribió un servidor (F. Algaba)
para el blog de la Asociación Española de Comunicación Científica, el
cual trata de los inicios en la divulgación y comunicación científica así como
de la motivación e ilusión por las cuales continuamos haciéndolo. El objetivo
del post, aparte de relatar mi
experiencia personal, fue destapar un espejo en el que creo que muchas personas
se ven reflejadas, así como animar a los que permanecen expectantes a escribir
y a hablar sobre ciencia.
¡Ahí
va!
Hace un año exactamente cree, junto a
Elías, este blog como expresión definitiva de mis ganas de comunicar, enseñar y
ayudar, fruto, en gran parte, de mis cameos como profesor particular. No
faltaron los comentarios de “¿Un blog?
¿Para qué? Si eso nadie lo lee” o “¡Qué
ganas de perder el tiempo!” Aún con todo, decidimos seguir adelante y
comenzar a escribir.
Por supuesto, no voy a hablar de cuán
duros fueron los inicios: desde los post
que no lee nadie y en los que te pasas escribiendo y curando el contenido durante
un mes, a los que empiezan a ser compartidos y comentados. En cuanto al por
qué hacerlo, siempre he considerado que la gente de ciencia, que hemos
tenido la oportunidad de aprender, tenemos la obligación de transmitir lo que sabemos. Las personas que
divulgamos (o que por lo menos lo intentamos) somos la vanguardia, el puente que separa un complejo mundo de
datos y fórmulas científicas de la realidad cotidiana. ¿De qué sirve hacer
un gran descubrimiento si sólo lo va a apreciar quien lea y entienda tu paper?
Creo que la gente estará agradecida de
que alguien le explique en qué se está investigando, qué avances existen en un
asunto determinado o, simplemente, despertar su curiosidad. Y claro que muchas
veces cuesta más escribir en lenguaje de
calle que con los apropiados tecnicismos (que para eso están), ¡Eso nos ha
pasado a todos! De hecho, debido a los continuos comentarios que recibía por
parte de amigos y conocidos, tuve que reescribir todos los post de Intargets eliminando tecnicismos y
adaptando mucho más el lenguaje, porque “eso
que escribes no lo entiende nadie”.
Con todo ello vas perfeccionándote,
aprendiendo, dirigiendo tus ideas para captar la máxima atención posible,
aceptando críticas y usándolas para mejorar. Progresivamente se incrementa la
motivación para escribir y buscar nuevos temas que preocupen o que puedan
interesar a la gente Sentir el feedback
de la gente es el mejor indicativo de que vas por el buen camino. Es algo
espectacular, te hace sentir valorado y te mantiene en una especie de formación continua maravillosa. Desde entonces, tanto mi manera de
escribir, como de focalizar la atención en ideas importantes para poder
transmitirlas de forma adecuada se ha incrementado de manera exponencial.
Recomiendo participar en todas las
actividades, cursos o seminarios de divulgación y comunicación posibles. Es ahí
donde amplias realmente tu red de amigos y conocidos, y siempre es bueno
recibir algún consejo o corrección de alguien que tiene mucha más experiencia
que tú. Animo encarecidamente a la gente a que se plantea empezar a la que esté
cursando una carrera o a la que simplemente tenga curiosidad a que dé el primer paso y escriba, hable y opine. Todo ello te hace enriquecer
como profesional y como persona. También, que olvide la sensación de
intrascendencia, de vergüenza y de desánimo. Nadie dijo que fuera fácil; de hecho, nadie dijo nada. Nosotros
asumimos esa responsabilidad.
Esta
es mi experiencia durante un año. ¡Espero que esto no pare!
Gracias
y mucho ánimo a todos.
@fromquarks
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